Y ahora sí,

parece que ya empiezo a entender, las cosas importantes aquí son las que están detrás de la piel. Esa época de querer confiar en alguien ya terminó. Ahora toca aplicar todo lo aprendido y luchar por ti misma, he llegado a la conclusión de que llorar no sirve de nada. Ya nadie te va a decir lo que tienes que hacer, nadie te va a defender, nadie te protegerá, estás sola en el mundo. Ahora es cuando comprendes quien te acompañará durante el resto del camino y quienes se quedarán atrás. Pedí una mano que me ayudara y con el tiempo me di cuenta que estaba al final de mi brazo. Por el momento sigo en ruínas, los libros no me ayudan a ser mejor persona. Aprendí a quedar como una imbécil, perdí el miedo de tantos palos que llevé, mate a la vergüenza con una sobredosis de locura, recogí mi corazón roto un par de veces sin decir ni una palabra y superé problemas a vase de valor. Descubrí que el amor duele, las amistades se rompen para formar otras, los estudios cuestan, el ordenador y los besos crean adicción, la verdad solo duele una vez y la mentira cada vez que la recuerdas, de los errores se aprende, el espejo engaña, las palabras no llegan a ser suficientes y por el momento sigo caminando por el sendero de la vida y mis zapatillas se siguen gastanto. El tiempo ya no me gana, los tropiezos dejaron de ser caídas, ya ha pasado el tren por la estación y me gustaría saber a que destino me lleva.